Cuando me propuse escribir el libro, una de las cosas en que pensé fue en incluir anécdotas que me habían sucedido en la consulta y que me pudieran servir para ilustrar a modo de ejemplos algunas de las ideas que quería transmitir.
Pues bien, las anécdotas se siguen sucediendo y alguna es para nota.
Esta misma tarde, un paciente (se dice el pecado, pero no el pecador) que seguramente leerá esto, ha soltado una "perla" que no he podido menos que compartirla con todos vosotros.
Después de pesarle y comprobar que la báscula no se había movido ni para bien ni para mal (yo siempre digo que no perder peso cuando estás haciendo dieta para ello es el menor de los males) me dice el tío, todo serio: "no te preocupes, que la semana que viene ya haré más de vientre"... ¡con dos c...! vamos, que el problema no era todo lo que se había pasado (que era más de lo que a él le parecía) sino que no había "descomido" lo suficiente.
"Me ha dejao pasmao".
Cuando se ha dado cuenta de lo que había dicho, nos ha entrado a los dos un ataque de risa. Y yo le he dicho lo que me dijo un amigo de la infancia cuando en una discusión se quedó sin argumentos: "Tienes razón, pero no me convences"
Y como le he prometido que esta misma noche lo iba contar en el blog, aquí queda escrito para la posteridad.
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