Pasadas
las fiestas de Navidad, aquí estamos otra vez
dispuestos a compartir informaciones que, espero que así sea, puedan seros
interesantes.
De
momento ¿qué tal siempezamos el año desayunando bien?
Seguro
que habréis oído alguna vez el refrán que dice que hay que desayunar como un
rey, comer como un príncipe y cenar como un mendigo ¿verdad?
El
desayuno debería ser la primera comida del día, pero ¿cuántas personas, adultos
y niños, empiezan su día laboral o
escolar sin desayunar como debieran?
Tenemos
que tener en cuenta que el desayuno es importante porque nos aporta la energía
necesaria para empezar el día. Está más que demostrado que saltarse esta comida
(que debería aportar del 20 al 25% de las calorías diarias) disminuye el
rendimiento físico y mental (nos quedamos “sin pilas”), sobre todo a última
hora de la mañana. Claro que me diréis que el cuerpo es muy listo y que quienes
se toman solo un café bebido luego se toman otro con un bollo o un pincho de
tortilla a media mañana, pero eso solo compensa a medias.
No
es broma. Estadísticamente es cierto que los niños que desayunan mal se
concentran peor en el colegio y aprenden menos. Y lo mismo se ha visto con los
adultos.
Podemos
argumentar que tenemos razones para saltarnos el desayuno.
La primera son las
prisas mañaneras y su solución es obvia: levantarse antes (¿a que cuando vamos
de vacaciones y bajamos a desayunar al buffet del hotel desayunamos más?).
La
segunda es la de no tener hambre por la mañana. En esto influyen dos cosas que
son la costumbre y la cena del día anterior. Si nos pasa esto, deberíamos
acostumbrarnos poco a poco a desayunar más cenando menos (recordad, cenar como
un mendigo…). A lo mejor hay que probar a irse a la cama con algo de apetito.
Probad y desquitaros por la mañana si podéis. Sobre todo, evitad cenas pesadas
y copiosas, pero poco a poco, porque como pasa con todos los hábitos, los
cambios bruscos suelen fracasar. Comenzad con un vaso de leche o frutas. Cuando
os hayáis acostumbrado a esto, añadid cereales a la leche o galletas o una
tostada…
Mucho
ojo con el desayuno de los niños sobre todo si se lo preparan ellos. Que no se
lo salten.
¡Ah!
Y no penséis que saltarse el desayuno ayuda a adelgazar, sino más bien al contrario
porque mientras las calorías del desayuno las quemamos durante la mañana, si
desayunamos poco comeremos más (y peor) durante el día. Y sobre todo, una cena
abundante irá directamente a “la despensa”.
Por
último, un buen desayuno debería incluir como mínimo un lácteo, fruta y
cereales, procurando no basarlo en los dulces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario