miércoles, 1 de julio de 2009

optimismo, siempre

Cuentan que en un proceso de selección para trabajar en relaciones públicas de una gran empresa, se hizo la siguiente pregunta a los tres candidatos finalistas:
“¿qué le gustaría que dijesen de usted en su velatorio?”


El primer candidato dijo: “Me gustaría que dijeran que fui un gran profesional y un buen padre de familia”.

El segundo candidato fue un poco más allá y dijo: “Que fui un hombre excepcional, excelente padre de familia y un ejemplo influyente en el futuro de la juventud”

Pero el tercero arrasó: “Me gustaría que dijeran: ¡COÑO, MIRA, SE ESTÁ MOVIENDO…!”

Así que la moraleja de hoy es: Tratad de ser optimistas… hasta la muerte.




2 comentarios:

Linangel dijo...

Tienes mucha razón, pero a veces cuesta demasiado.

Jose dijo...

Pues sí, amiga, tú también tienes mucha razón, tanto en lo de que a veces cuesta demasiado como en lo de que tengo mucha razón.
Claro que cuesta, como todo ( o casi todo)en esta vida, pero lo realmente importante es proponérselo, como primer paso, para intentar conseguirlo.
Incluso puedes utilizar el optimismo y el buen humor como mecanismo de defensa, por pura supervivencia. Al fin y al cabo nos pagan lo mismo por estar de buen humor que de malo. Ya sabes, lo del vaso a medias que lo puedes ver medio lleno o medio vacío ¿no?