Cuentan que en un proceso de selección para trabajar en relaciones públicas de una gran empresa, se hizo la siguiente pregunta a los tres candidatos finalistas:
“¿qué le gustaría que dijesen de usted en su velatorio?”
El primer candidato dijo: “Me gustaría que dijeran que fui un gran profesional y un buen padre de familia”.
El segundo candidato fue un poco más allá y dijo: “Que fui un hombre excepcional, excelente padre de familia y un ejemplo influyente en el futuro de la juventud”
Pero el tercero arrasó: “Me gustaría que dijeran: ¡COÑO, MIRA, SE ESTÁ MOVIENDO…!”
Así que la moraleja de hoy es: Tratad de ser optimistas… hasta la muerte.
2 comentarios:
Tienes mucha razón, pero a veces cuesta demasiado.
Pues sí, amiga, tú también tienes mucha razón, tanto en lo de que a veces cuesta demasiado como en lo de que tengo mucha razón.
Claro que cuesta, como todo ( o casi todo)en esta vida, pero lo realmente importante es proponérselo, como primer paso, para intentar conseguirlo.
Incluso puedes utilizar el optimismo y el buen humor como mecanismo de defensa, por pura supervivencia. Al fin y al cabo nos pagan lo mismo por estar de buen humor que de malo. Ya sabes, lo del vaso a medias que lo puedes ver medio lleno o medio vacío ¿no?
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