Para los legos en la materia, resultaría increíble la cantidad de requisitos necesarios para abrir y poner en funcionamiento un centro sanitario o una consulta, tanto a nivel de permisos, mobiliario, infraestructuras, inspecciones… y no me quejo. Es más, me parece muy bien, porque al fin y al cabo todos esos requisitos son una garantía de cara al paciente/consumidor de estos servicios.
Pero resulta que si buscas en internet “dietistas en Logroño” o “Nutricionistas en Logroño”, aparece un buen puñado de centros, algunos anunciados como tales incluso en listines telefónicos tipo “páginas amarillas”. De igual manera, en multitud de herboristerías, centros de estética e incluso farmacias, se anuncian sin rubor consultas de nutrición, lo que podemos comprobar tanto en anuncios en prensa, buzoneos o simplemente paseando por Logroño y fijándonos en los escaparates de estos establecimientos.
Lo que me llama la atención es que si acudes al Registro de centros, servicios y establecimientos sanitarios de la Comunidad Autónoma de La Rioja (http://apps.riojasalud.es/RecessRS/index.php ), no son tantos, ni mucho menos, los que aparecen acreditados como tales, ni como centros médicos ni como centros de nutrición.
Me pregunto si estos centros habrán dado de alta su consulta en Sanidad, bajo qué apartado estará contemplada y en calidad de qué declararán los ingresos que su consulta les genere. Bueno, me lo pregunto yo y quizá se lo debería preguntar también la Consejería de Salud y Servicios Sociales o los correspondientes Colegios sanitarios.
Y digo yo: Si tan sencillo es para cualquiera ver esa publicidad, que no se esconde precisamente…¿No sería igual de fácil para los inspectores encargados de vigilar el cumplimiento de las normas vigentes? ¿O las normas solo se aplican a los profesionales que intentamos tener en orden nuestras obligaciones? ¿O es que no se investigan esos centros si no hay una denuncia de por medio?
Si tiene que haber funcionando mil centros, que los haya, que la competencia es buena para todos, para los profesionales porque tenemos que “ponernos las pilas” y para los usuarios porque así tienen un abanico más amplio donde elegir. Pero entre todos, profesionales, usuarios y sobre todo Administraciones, tenemos que exigir que todos los centros cumplan los mismos requisitos legales para poder ofrecer esos servicios. Y si no es así, sanción al canto y si se tienen que cerrar, que se cierren.