Se acaba el año y llega el momento de hacer balance del mismo.
Está claro que este ha sido el año de la crisis, o como yo suelo decir, de las crisis, porque me da la sensación de que la económica no es la única que ha planeado sobre nuestras cabezas. A saber, tenemos esa misma crisis económica, con la laboral de la mano, la de la clase política, la de la educación (sobre todo la educación en valores), las personales (las de cada uno), etc, etc.
En lo personal, el balance no ha sido malo. De momento (y espero que siga así muchos años) cuando me preguntan ¿cómo estás? Sigo contestando aquello de “estupendamente, cada día mejor” o “entre muy bien y excelente, pon la raya donde quieras” (por cierto, hay gente a la que le molesta que conteste eso ¿qué os parece?). Al fin y al cabo, me sigo considerando un privilegiado. Sigo teniendo trabajo (que con la que está cayendo no es poco), físicamente me encuentro bien (para la edad, que dicen algunos) y he pasado el año sin achaques de importancia ni lesiones. Incluso he terminado dos medias maratones, cosa impensable para mi hace un par de años y sigo teniendo a mi alredededor una familia y unos amigos a los que quiero y que creo que me quieren (o por lo menos disimulan muy bien). Hasta mis enemigos (si es que los tengo) no se han metido conmigo de una forma apreciable…
¡Ah! Se me olvidaba. También este ha sido el año del comienzo de este blog y del Club NutriEstetica que me sirven para mantener un contacto virtual con los que leéis el primero y reciben los boletines del segundo, experiencias ambas que de momento, y espero que duren, me están dando muchas satisfacciones (como me las dio en su día la publicación del libro). En fin, que como he susodicho, y sin ánimo de dar envidia a nadie, me sigo considerando un privilegiado.
Pero si el fin de año es el momento de hacer balance del que acaba, también lo es de hacer planes y buenos propósitos para el que comienza. En este apartado, cada uno tiene que hacer los suyos con toda la ilusión e intentar cumplirlos con todo su empeño y también, por qué no, con toda la ilusión. Si logramos cumplirlos, estupendo y si no, siempre habremos aprendido algo que nos servirá cuando volvamos a plantearnos nuevos retos.
En fin, que de momento no pienso escribir más hasta el año que viene porque lo poquito que queda de este tengo que sentarme a definir mis objetivos y mis buenos propósitos para el siguiente.
Y no quiero dejar pasar la ocasión de desearos, a todos, un próximo año lleno de Ventura (de Buena Ventura) en todos, todos los sentidos y que el 2010 sea, como muy malo, muy malo, muy malo, igual que este que acaba. De ahí para adelante, todo será mejorar.
FELIZ Y MUY PRÓSPERO AÑO NUEVO!!!!!!!!!!!!!!!!