Está muy bien eso de pensar en los demás. Lo que a mí no me parece que esté tan bien es pensar solo en los demás. De vez en cuando tenemos que pensar un poquito en nosotros mismos.
A mucha gente le parece una frivolidad el intentar cuidarse pero
sin embargo animan a sus seres queridos a que solucionen sus problemas para que
no se resienta su salud.
En más de una ocasión he oído a distintas
personas decir que no les duelen prendas en ocuparse de cuidar a sus seres
queridos, pero que en lo que respecta a ellas mismas son un auténtico desastre
porque el hecho de cuidarse y prestarse un poco de atención les hace sentirse
un tanto egoístas.
Pero debemos pensar de otra
manera. Si lo que nos apetece es dedicarnos a los demás y cuidar de ellos,
flaco favor les hacemos (y nos hacemos) no cuidándonos a nosotros mismos,
puesto que si queremos estar en perfectas condiciones para cuidar de los demás,
necesitaremos prestarnos un poco más de atención. Si no lo hacemos, llegará un
momento en que flaquearán nuestras fuerzas y no podremos cuidar de los otros
como a nosotros nos gustaría. Además puede suceder que precisamente por no
cuidarnos, enfermemos y entonces, además de no poder cuidar de los demás, les
obligaremos a tener que cuidar de nosotros.
Hasta en los mandamientos nos
dicen “Amarás al prójimo como a ti mismo”, lo que quiere decir que debemos
amarnos a nosotros mismos primero. Empecemos por nosotros. Amémonos a nosotros
mismos y así estaremos listos para poder amar a otras personas. Tratémonos con
cariño y con mimo. No se puede dar lo que no se tiene y por eso, si nos amamos
mal a nosotros mismos, amaremos mal al prójimo.
Visto de este modo, el hecho de
preocuparse uno de sí mismo, de quererse un poquito más, dista mucho de ser un
acto de egoísmo para convertirse en un acto de amor, no solo hacia uno mismo
sino también hacia los demás.
Además, si los demás nos quieren
de verdad, se sentirán felices de vernos contentos y en perfectas condiciones,
con lo que tenemos otro argumento a nuestro favor para ser un poquito egoístas.
Seguro que a ellos no les parece mal que nosotros nos cuidemos, aunque solo sea
para que nosotros les podamos cuidar (¿no son también un poco egoístas?)
Al fin y al cabo, eres uno de tus
mejores amigos y a los buenos amigos también hay que cuidarlos ¿no te parece?
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