Ante una situación estresante, nuestro organismo produce una
hormona que se llama cortisol, que es la sustancia que nos hace estar más
alerta y prepararnos para el ataque o la huida permitiéndonos correr más, que nuestro corazón bombee más sangre e
incluso que no sintamos tanto el dolor
de una herida que nos podamos ocasionar.
Pero de la misma manera que nuestro organismo segrega
cortisol cuando sentimos estrés, también existen otras hormonas capaces de
relajarnos y de producir en nosotros una sensación de bienestar. Entre estas
hormonas destaca la oxitocina.
La oxitocina se produce en situaciones placenteras muy
diversas, por ejemplo recibiendo un
masaje, haciendo ejercicio, manteniendo una agradable conversación con otra
persona, teniendo relaciones sexuales, sintiendo, pensando y actuando positivamente,
ayudando a los demás, paseando por la naturaleza, riendo y acariciándonos, etc,
etc.
Parece ser que la risa también puede ayudarnos a reducir el
estrés. De hecho, tenemos una tendencia natural a fijarnos en las caras
sonrientes (incluso a que nos parezcan
más atractivas) y su expresión se contagia con facilidad. Reírnos relaja la
musculatura y nos permite estrechar lazos con los que nos rodean.
La oxitocina no solo nos relaja, sino que también nos ayuda
a aumentar nuestra confianza y a relacionarnos mejor con los demás, lo que a su
vez puede servirnos para reducir el estrés.
Si seguimos estos consejos y procuramos vivir en calma, no
solo afrontaremos mejor las situaciones de estrés sino que estaremos aportando
nuestro granito de arena para conseguir un mundo mejor.