En esta entrada voy a intentar daros unos pequeños consejos que os pueden ser de utilidad a la hora de hacer la compra. Tomad nota de estos cuatro:
- No vayáis al mercado con hambre.
- Llevad una lista de lo que necesitáis.
- No os olvidéis las gafas.
- Pensad en verde.
Ahora vamos a desarrollarlos un poco.
1.- No vayáis a la compra con hambre. Si paseáis por los pasillos del supermercado con hambre, es más que probable que acabaréis echando al carro cosas que no necesitáis pero que en esos momentos os llamarán poderosamente la atención precisamente por esa sensación de hambre. Y además, está demostrado que esas cosas de más serán cosas caprichosas, de picoteo y de alto poder calórico.
2.- Llevad una lista de lo que necesitáis. Pero haced la lista (escrita) en casa siendo conscientes de lo que falta en la despensa. Lo ideal es tener en la cocina un lugar (pizarra o cuaderno) donde ir apuntando lo que nos vamos acordando que se ha terminado o que necesitamos reponer. No os fiéis de vuestra memoria. Si no lo lleváis escrito es muy probable que os olvidéis de alguna cosa necesaria y que os llevéis en vuestra cesta cosas que no os hacen falta. Llevad bolígrafo e id tachando las cosas que ya habéis comprado y cuando la lista esté tachada por completo, será el momento de ir a la caja, pagar e ir a casa con el recado.
3.- No os olvidéis las gafas. Si las necesitáis para leer, claro. Serán muy útiles para leer la composición de lo que compréis. La parte delantera de los envases es la de la publicidad. Ahí es donde el fabricante va a intentar llamar nuestra atención (que si 0% azúcar, que si baja el colesterol, que si nos vamos a volver más altos, más guapos, más rubios y con los ojos más azules...). No os dejéis embaucar por los cantos de sirena de la publicidad y dad la vuelta al envase. Ahí es donde está lo verdaderamente importante: La composición. Fijaos en la cantidad de calorías por cada 100 gramos de producto y, muy importante, en la cantidad y sobre todo en el tipo de grasas que contiene ese producto. Como idea fundamental, quedaros con esta: Si en la composición pone grasa o aceite vegetal y no especifica de qué tipo (o son de coco, palma o palmiste), o pone que lleva grasa o aceite parcialmente hidrogenado o que contiene aceite o grasas hidrogenadas, procurad evitarlo. Todas esas leyendas esconden un tipo de grasas (saturadas, trans) que aumentan muchísimo el riesgo cardiovascular.
4.- Pensad en verde. Y no estoy haciendo publicidad de ningún tipo de cerveza, no. Si en vuestro carro de la compra al final predomina el verde, es decir, verduras, frutas y hortalizas, seguro que es una buena (y sana) compra. Los productos frescos son siempre una buena apuesta.
Bueno, por hoy ya vale.
Y ya sabéis que este blog está abierto a vuestros comentarios y que estoy deseando recibirlos.
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