Volviendo a nuestra serie de bonitos palabros, esta vez le toca turno a "empatía".
Según el DRAE, la empatía es la identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro.
Yendo un poquito más allá (o más acá, según se mire) podríamos decir que la empatía es una habilidad emocional que describe la capacidad de una persona para ponerse en el lugar de otro y compartir sus sentimientos, pero sin perder de vista la propia identidad.
Gracias a ella sentimos cuáles son los sentimientos del otro, su intensidad y las cosas que los originan.
No hay que confundir la empatía con la simpatía, proceso que nos permite sentir los sentimientos del los demás, los entendamos o no.
En realidad, he recordado este bonito palabro cuando he recibido del amigo Enreiki un powerpoint contando la fábula de la ratonera, que os transcribo a continuación para ilustrar su significado:
Un ratón, mirando por el agujero de una pared, vio a un granjero y a su esposa abriendo un paquete.
Sintió emoción pensando qué sería lo que contenía ¿qué tipo de comida podía haber allí?
Cuando lo abrieron, quedó aterrorizado cuando descubrió que era… ¡una ratonera!
Entonces fue corriendo al patio de la granja para advertir a todos: “hay una ratonera en la casa, hay una ratonera en la casa…”!!!
La gallina, que estaba cacareando y escarbando , levantó la cabeza y dijo: “Discúlpeme señor ratón. Yo entiendo que es un gran problema para usted, pero a mi ni me perjudica en nada ni me incomoda”.
El ratón fue hasta donde estaba el cordero y le dijo “¡hay una ratonera en la casa!”
El cordero, que tenía buen corazón, le contestó: “Discúlpeme, señor ratón, pero yo no puedo hacer nada, solo pedir por usted. Vaya tranquilo, que estará presente en mis oraciones”.
El ratón se dirigió entonces a la vaca, y la vaca le dijo: “¿Pero acaso yo estoy en peligro? Yo creo que no. Es más, estoy segura de que no”.
Entonces el ratón volvió a la casa preocupado y abatido sabiendo que se tendría que enfrentar solo a la ratonera del granjero.
Por la noche se oyó un gran barullo en la granja. Algo había caído en la ratonera. La mujer del granjero corrió para ver lo que había atrapado y en la oscuridad no vio que había una víbora atrapada por la cola… y la víbora mordió a la mujer. Y la mujer enfermó.
El granjero, preocupado, quiso preparar un buen caldo para su esposa. Agarró su hacha y fue al gallinero para buscar el ingrediente principal: La gallina.
Como la enfermedad de la mujer empeoraba, los amigos y vecinos fueron a visitarla. Y el granjero, para poder ofrecerles algo de comer, mató el cordero.
Pero la mujer no mejoró y acabó muriendo y el granjero entonces vendió la vaca al matadero para poder cubrir los gastos del funeral…
Así que… (moraleja): la próxima vez que escuches que alguien tiene un problema y creas que como no es tuyo no le debes prestar atención… piénsalo dos veces.
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