Hoy voy a contaros algo que, después de madurarlo mucho, acabo de hacer. He enviado un correo electrónico a mis contactos anunciándoles que he creado lo que he dado en llamar “CLUB NUTRIESTETICA”.
He de confesaros que en principio (y aunque alguno no os lo creáis) me ha dado un poco de pudor el hecho de enviar esos correos electrónicos por lo que pueda pensar la gente, igual que me da un poco de pudor anunciarlo aquí.
Pero como dicen que “el que no se anuncia no vende” y dados los tiempos que corren, al final me ha parecido una buena idea y me he tirado a la piscina (que espero que no esté llena de cocodrilos australianos y que si lo está, pueda salir sano y salvo después de cruzarla).
El CLUB NUTRIESTETICA nace con el afán de mantener el contacto a través de Internet con mis pacientes y simpatizantes.
Sólo por pertenecer al CLUB NUTRIESTETICA, se recibirá periódicamente vía e-mail información sobre:
- Promociones en consulta
- Tratamientos
- Nuevas publicaciones en este blog
- Noticias de interés relacionadas con la nutrición y la medicina estética
- Etc…
En principio el Club va dirigido a los pacientes del Centro Médico NutriEstética, pero cualquier persona que lo desee también puede pertenecer al mismo, ya que formar parte del CLUB NUTRIESTETICA es gratuito y tan sencillo como enviar nombre y apellidos y dirección de correo electrónico a club@nutriestetica.com y para darse de baja y no recibir más boletines solo hay que enviar un correo solicitándolo.
Había una vez un ciudadano que vivía al lado de una carretera donde vendía unas ricas albóndigas con pan. Estaba muy ocupado y por lo tanto no oía la radio, no leía periódicos ni veía la televisión.
Alquiló un trozo de terreno, colocó una gran valla y anunció su mercancía gritando a todo pulmón: "Compren deliciosas albóndigas calientes". Y la gente se las compraba. Aumentó la adquisición de pan y carne. Compró un terreno más grande para poder ampliar su negocio. Y trabajó tanto que dispuso que su hijo dejara la Universidad donde estudiaba Ciencias Comerciales a fin de que le ayudara.
Sin embargo, ocurrió algo importante. Su hijo le dijo:
-"Padre ¿pero no escuchas la radio ni lees los periódicos? Estamos sufriendo una grave crisis. la situación es realmente mala; peor no podría estar":
El padre pensó: "Mi hijo estudia en la Universidad, lee la prensa, ve la televisión y escucha la radio. Sabe entonces lo que dice".
Compró, pues, menos pan y menos carne. Quitó la valla anunciadora y dejó el alquiler del terreno para reducir gastos y ya no anunció sus ricas albóndigas con pan. Y las ventas fueron disminuyendo cada día más.
Después de un tiempo, el negocio estaba realmente afectado.
-"Tenías razón, hijo mío", le dijo al muchacho. "Verdaderamente estamos sufriendo una gran crisis".
Moraleja:
Si nos programamos para fracasar, fracasaremos. Si nos mentalizamos para ganar, ganaremos. Es una simple elección personal. En estos tiempos "distintos", asumamos que hay muchas oportunidades esperándonos.