SONRÍE. Dibuja siempre una sonrisa . Cuando te sientas triste sonríe.
La sonrisa auténtica provoca en los demás confianza hacía con nosotros.
La sonrisa inteligente, nos hace sentir mejor.
ACEPTA todo de buen grado. Aparta toda queja. No seas amargado.
No es simplemente aceptar, es hacerlo de buen grado. Es suspender nuestro juicio acerca de si nos gusta o no nos gusta, si nos parece bueno o malo.
Notarás cómo surge tu sabiduría interior. Brotará con fuerza tu riqueza de bondad.
SÉ POSITIVO. Pon el foco en lo que te da fuerza y te hace sentir bien.
Para ser positivo debo mirar el mundo, lo que me ocurre, analizaré la situación poniéndola en positivo. La realidad es según sea tu mirada, positiva o negativa.
Tú decides. Aprender a mirar de manera positiva pide práctica. Es un arte.
SÉ OPTIMISTA y rodéate de la gente que lo sea.
Deja que las cosas sucedan. Tú decides lo que quieres hacer y cómo lo vas a hacer. ¡Muévete por valores y haz las cosas con energía positiva!
VIVE ALEGRE, pues enfadado, llenas tu cuerpo y tu mente de malestar.
La alegría es emoción expansiva. Genera un sentimiento interior de luz y de frescura.
A ser alegre se aprende y debe ser uno de tus principales objetivos en la vida.
Aplícalo a las cosas sencillas de la vida, a lo cotidiano y ordinario, a tu trabajo personal.
VIVE EL AHORA. Deja el pasado y el futuro a un lado.
Lo único real es el ahora. Lo que en estos momentos estás haciendo.
La manera de utilizar la mente es muy importante para alcanzar la felicidad.
No debes ser “rumiante del pasado”. Que tu presente fluya.
SERENIDAD: Búscala siempre; dedica tiempo al silencio y a la paz.
La serenidad brota siempre del interior, de la aceptación de ti y de los demás.
Pensamos que: tristeza, ira, miedo, desidia, nos lo provocan los otros.
Y ocurre que discutimos para defender nuestro “yo”. Debo reconocer mis errores.
La serenidad es una virtud que nos ayuda a mejorar nuestra calidad de vida y nos permite ser sus verdaderos dueños. Podemos influir sobre nuestra mente, cuerpo y emociones con el objetivo de atrapar la felicidad.
¡CELEBRA LA VIDA! Celebra el milagro de tu existencia cada día.
Abre la ventana de tu vida, deja que entre el sol de la mañana y el frescor de cada noche.
Que tu cuerpo se incorpore a esta dinámica de atrapar la felicidad.
Conecta con tu “niño interior”. Saltar y bailar te devuelven, por un momento, a tu niñez.
Es un estado de naturalidad, y creatividad. Vive la vida como una aventura feliz.
Canta, juega, baila y hazlo con una mirada limpia, jubilosa, espontánea, sorpresiva.
La sonrisa auténtica provoca en los demás confianza hacía con nosotros.
La sonrisa inteligente, nos hace sentir mejor.
ACEPTA todo de buen grado. Aparta toda queja. No seas amargado.
No es simplemente aceptar, es hacerlo de buen grado. Es suspender nuestro juicio acerca de si nos gusta o no nos gusta, si nos parece bueno o malo.
Notarás cómo surge tu sabiduría interior. Brotará con fuerza tu riqueza de bondad.
SÉ POSITIVO. Pon el foco en lo que te da fuerza y te hace sentir bien.
Para ser positivo debo mirar el mundo, lo que me ocurre, analizaré la situación poniéndola en positivo. La realidad es según sea tu mirada, positiva o negativa.
Tú decides. Aprender a mirar de manera positiva pide práctica. Es un arte.
SÉ OPTIMISTA y rodéate de la gente que lo sea.
Deja que las cosas sucedan. Tú decides lo que quieres hacer y cómo lo vas a hacer. ¡Muévete por valores y haz las cosas con energía positiva!
VIVE ALEGRE, pues enfadado, llenas tu cuerpo y tu mente de malestar.
La alegría es emoción expansiva. Genera un sentimiento interior de luz y de frescura.
A ser alegre se aprende y debe ser uno de tus principales objetivos en la vida.
Aplícalo a las cosas sencillas de la vida, a lo cotidiano y ordinario, a tu trabajo personal.
VIVE EL AHORA. Deja el pasado y el futuro a un lado.
Lo único real es el ahora. Lo que en estos momentos estás haciendo.
La manera de utilizar la mente es muy importante para alcanzar la felicidad.
No debes ser “rumiante del pasado”. Que tu presente fluya.
SERENIDAD: Búscala siempre; dedica tiempo al silencio y a la paz.
La serenidad brota siempre del interior, de la aceptación de ti y de los demás.
Pensamos que: tristeza, ira, miedo, desidia, nos lo provocan los otros.
Y ocurre que discutimos para defender nuestro “yo”. Debo reconocer mis errores.
La serenidad es una virtud que nos ayuda a mejorar nuestra calidad de vida y nos permite ser sus verdaderos dueños. Podemos influir sobre nuestra mente, cuerpo y emociones con el objetivo de atrapar la felicidad.
¡CELEBRA LA VIDA! Celebra el milagro de tu existencia cada día.
Abre la ventana de tu vida, deja que entre el sol de la mañana y el frescor de cada noche.
Que tu cuerpo se incorpore a esta dinámica de atrapar la felicidad.
Conecta con tu “niño interior”. Saltar y bailar te devuelven, por un momento, a tu niñez.
Es un estado de naturalidad, y creatividad. Vive la vida como una aventura feliz.
Canta, juega, baila y hazlo con una mirada limpia, jubilosa, espontánea, sorpresiva.
(anónimo)