La mariposa representa metamorfosis. Es el símbolo de la
transformación total y representa a la vez valentía (se requiere valentía para
llevar a cabo los cambios necesarios en nuestro proceso de crecimiento) y una
necesidad de cambio y de mayor libertad.
Es también símbolo de inmortalidad, de renacimiento y de
resurrección. Tanto es así que en la antigüedad se creía que la transformación
de la oruga en mariposa era similar al viaje del alma de un cuerpo terrenal a
un cuerpo espiritual. De hecho, en griego su nombre es psyche, igual que alma y
se pensaba que la psyche salía volando de la boca del que muere como si fuera
una mariposa.
Algunas investigaciones científicas han comprobado que la mariposa
es el único ser viviente capaz de cambiar por completo su estructura genética
durante el proceso de transformación: el ADN de la oruga que entra al capullo
es diferente al de la Mariposa que surge.
Es pues, como decía, el símbolo de la transformación total:
El huevo es el principio, el nacimiento de alguna idea o proyecto. La oruga es la decisión de manifestar algo en
el mundo físico. La crisálida en el interior del capullo tiene que ver con
"irse dentro", ya sea en reflexión interna o en el desarrollo de un
proyecto o idea. El rompimiento del
capullo y la consiguiente salida de la mariposa implica compartir con el mundo
todo el esplendor de tu creación. Una vez que entiendas en qué etapa estás,
podrás descubrir cual es el siguiente paso.
Dicho esto, os presento a mi mariposa, la que está en la
foto que acompaña a esta entrada. Es un cuadro en acrílico que pintó, allá por
1985, mi prima Begoña López, pintora profesional que maneja la acuarela como
los ángeles.
Este cuadro, o mejor, esta mariposa, ha ido volando conmigo
y acompañándome en todas las consultas que he tenido, desde la primera en la
calle Vitoria, pasando por la de la calle Villamediana hasta llegar a posarse
en la sala de espera de las nuevas instalaciones de Clínica Nutriestética en
Avenida de Colón 43, mi nueva andadura en el mundo de la Nutrición y la
Medicina Estética junto a mi socio, y ya amigo, Diego Ramírez.
Solo espero (y deseo) que, como he susodicho, esta mariposa
represente esa idea de que tras la fase de reflexión y desarrollo de este
proyecto (la crisálida), la metamorfosis de Clínica Nutriestética a lo largo de
estos años, acabe compartiendo con todos vosotros todo el colorido y esplendor
de la fase adulta del mismo.
Gracias a todos los que en esta transformación me habéis acompañado