sábado, 14 de enero de 2012

¿desayunamos?

Pasadas las fiestas de Navidad, aquí estamos otra vez dispuestos a compartir informaciones que, espero que así sea, puedan seros interesantes.
De momento ¿qué tal siempezamos el año desayunando bien?
Seguro que habréis oído alguna vez el refrán que dice que hay que desayunar como un rey, comer como un príncipe y cenar como un mendigo ¿verdad?
El desayuno debería ser la primera comida del día, pero ¿cuántas personas, adultos y niños, empiezan su día laboral  o escolar sin desayunar como debieran?
Tenemos que tener en cuenta que el desayuno es importante porque nos aporta la energía necesaria para empezar el día. Está más que demostrado que saltarse esta comida (que debería aportar del 20 al 25% de las calorías diarias) disminuye el rendimiento físico y mental (nos quedamos “sin pilas”), sobre todo a última hora de la mañana. Claro que me diréis que el cuerpo es muy listo y que quienes se toman solo un café bebido luego se toman otro con un bollo o un pincho de tortilla a media mañana, pero eso solo compensa a medias.
No es broma. Estadísticamente es cierto que los niños que desayunan mal se concentran peor en el colegio y aprenden menos. Y lo mismo se ha visto con los adultos.
Podemos argumentar que tenemos razones para saltarnos el desayuno. 
La primera son las prisas mañaneras y su solución es obvia: levantarse antes (¿a que cuando vamos de vacaciones y bajamos a desayunar al buffet del hotel desayunamos más?). 
La segunda es la de no tener hambre por la mañana. En esto influyen dos cosas que son la costumbre y la cena del día anterior. Si nos pasa esto, deberíamos acostumbrarnos poco a poco a desayunar más cenando menos (recordad, cenar como un mendigo…). A lo mejor hay que probar a irse a la cama con algo de apetito. Probad y desquitaros por la mañana si podéis. Sobre todo, evitad cenas pesadas y copiosas, pero poco a poco, porque como pasa con todos los hábitos, los cambios bruscos suelen fracasar. Comenzad con un vaso de leche o frutas. Cuando os hayáis acostumbrado a esto, añadid cereales a la leche o galletas o una tostada…
Mucho ojo con el desayuno de los niños sobre todo si se lo preparan ellos. Que no se lo salten.
¡Ah! Y no penséis que saltarse el desayuno ayuda a adelgazar, sino más bien al contrario porque mientras las calorías del desayuno las quemamos durante la mañana, si desayunamos poco comeremos más (y peor) durante el día. Y sobre todo, una cena abundante irá directamente a “la despensa”.
Por último, un buen desayuno debería incluir como mínimo un lácteo, fruta y cereales, procurando no basarlo en los dulces.



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