domingo, 16 de enero de 2011

reconducir la ansiedad

Cuando una mujer fumadora  queda embarazada, el mejor consejo que se le puede dar es que deje de fumar por completo. Aun así, hay muchos ginecólogos que son de la opinión que el perjuicio que puede suponer fumar cuatro o seis cigarrillos diarios durante el embarazo será menor que el que puede originar la ansiedad excesiva y los síntomas acompañantes que se presentan (o se pueden presentar) al intentar dejar de fumar.

Del mismo modo, el intentar adelgazar puede suponer una situación de estrés añadido a nuestro estrés habitual, lo que en determinadas personas puede producir un aumento del nivel de ansiedad que les puede llevar a aumentar la ingesta de comida, fundamentalmente a base de picoteo, y por tanto de calorías.

Además, ya hemos hablado de esas personas a las que “les engordan los nervios”, es decir, aquellas a las que las situaciones de ansiedad les hacen comer más.

Pues bien, yo soy de la teoría de que en estas personas es más eficaz “reconducir” la ansiedad en relación con  la comida que intentar controlarla drásticamente.

Si intentamos controlar nuestros impulsos ansiosos en este sentido, es más que probable que aguantemos el tirón uno o varios días, pero también es más que probable que llegue un momento en el que una situación emocional extraordinaria o cualquier contratiempo nos haga decir: “ a la porra con la dieta, el dietista y el autocontrol” y nos demos un atracón de los que hacen época, tirando de esa manera por tierra  en unos pocos minutos el  trabajo de varios días de auténtico esfuerzo.

Por eso creo que es más fácil “reconducir” la ansiedad.

Pero ¿cómo? Se estará preguntando.

Pues no es tan complicado: por una parte, organizando bien el número de comidas diarias (yo siempre aconsejo cinco. A saber: desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena) que nos impedirá estar mucho tiempo sin comer (así lo haremos cada 2-3 horas) y disminuirá por tanto la necesidad de picar entre horas. Y por otra, si sentimos “necesidad” de hacerlo, deberemos estar preparados y tener a nuestro alcance munición ligera que podamos aprovechar para matar el gusanillo sin atiborrarnos de calorías (caramelos sin azúcar, vinagrillos, zanahorias…).

De esta manera, podremos “matar” la ansiedad sin matar la dieta.





2 comentarios:

Virginia Pérez dijo...

Creo y ahora lo puedo contar en primera persona que me encuentro realizando la labor más complicada de mi vida DEJAR DE FUMAR!!! que quizá la ansiedad es consecuencia de la inseguridad y de lo mentalizado que te encuentres para lo que estás realizando sea dieta, tabaco...

Jose dijo...

aunque parezca raro, yo defiendo la teoría de que es más fácil dejar de fumar que hacer dieta para adelgazar.
Y lo digo basándome en que se puede vivir sin fumar y una vez que pasas el síndrome físico de abstinencia del tabaco, puedes prescindir de él con más o menos esfuerzo, pero sin comer no se puede vivir y cuando nos ponemos a dieta tenemos que dejar de momer determinadas cosas apetecibles y controlar las cantidades y además tenemos que seguir comiendo día a día...
Por otra parte, y por si te sirve de algo, para dejar de fumar no hay que dejar de fumar 15 ´0 20 ´0 30 cigarrillos al día. Para dejar de fumar solo hay que dejar de fumar un cigarro: EL PRIMERO. Si te fumas el primero, no has dejado de fumar, pero si no te lo fumas... ¡objetivo conseguido!