lunes, 26 de abril de 2010

cortito

Como no tengo ni mucho tiempo ni muchas ganas de escribir hoy y aprovechando que este fin de semana he estado en un cursillo/taller (training lo llaman ahora), se me ha ocurrido dejaros una frase que me dijeron hace tiempo y que, aunque es breve, encierra una buena lección:
"Me lo contaron y lo olvidé. Lo vi y lo entendí. Lo hice y lo aprendí"

domingo, 18 de abril de 2010

procrastinar

He aquí otro bonito palabro de mi nueva colección: Procrastinar.
Según el diccionario de la Real Academia, es una palabra que procede del término del latín procrastinare y que significa: diferir, aplazar.
Algunos sinónimos son: posponer, retrasar, postergar, dilatar y demorar. Y es antónimo de adelantar o preceder.
Hablando de procrastinar, tengo que reconocer un par de cosillas:
La “prime” es que al buscar su definición en el DRAE, me acabo de dar cuenta que decía mal la palabra, ya que yo creía que era procastinar y me estaba comiendo la r de la sílaba cras (en mi descargo diré que la había visto escrita de esa manera).
La “segun” es que por tendencia natural soy un procrastinador nato y que me cuesta mucho vencer esa tendencia y aunque intento ir reduciendo sus efectos, sigo tropezando en la misma piedra más a menudo de lo que quisiera (a lo mejor es porque siendo estudiante, mi amigo Sus me regaló un poster de Snoopy con la frase “he decidido ser más sensato desde mañana” y me dijo que tenía que leerla todos los días).
Al procrastinar cargamos el día siguiente de tarea extra (siempre y cuando no volvamos a procrastinar, claro) y además autogeneramos dosis extras de ansiedad y estrés por el malestar psicológico que nos crea esa lucha interna entre los argumentos a favor y en contra de dejar las cosas para más adelante.
El problema suele ser que cuando empezamos a procrastinar nos solemos encontrar demorando una y otra vez esa tarea que nos habíamos propuesto llevar a cabo hace… semanas!!!
En el acervo (bonito palabro también) encontramos un refrán que dice: “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy”.
Y hay que dejar muy claro que procrastinar no es retrasar una tarea porque ha surgido algo más importante y por tanto su nivel de prioridad ha cambiado.
Muy al contrario, el objeto de la procrastinación suelen ser aquellas tareas que si nos ponemos a ellas, las podemos terminar en un tiempo más o menos breve y aquellas que aunque hay que hacerlas, no nos apetece hacerlas ni hartitos de vino.
Para estas tareas siempre vamos a encontrar excusas del tipo “ahora no me apetece”, “ahora no estoy mentalizado”, “exige demasiado trabajo para lo que es”, “ahora no es el mejor momento”, “siempre hay otra cosa más atractiva o más fácil que hacer” o como dice el humorista José Mota en su programa de televisión “esto lo voy a hacer fijo, pero hoy no… MAÑANA”.
Pero afortunadamente el cerebro humano es más maleable de lo que nos creemos y aunque nos cueste trabajo, con un poco de buena voluntad y propósito de la enmienda, podemos ir cambiando poco a poco nuestros malos hábitos por otros un poco mejores y en el caso de la procrastinación, también.
Busquemos el lado positivo de las cosas. Cualquier tarea, por mala que sea, puede tener un lado positivo, constructivo o didáctico (siempre se puede aprender algo). Utiliza esa parte positiva para ponerte en marcha.
No huyas. En muchas ocasiones la procrastinación viene del miedo ya que nos enfrentamos a una tarea que hay que hacer pero que lleva consigo una situación tensa o que nos genera temor… y ansiedad. Aunque nos cueste, solo por lo tranquilos que nos vamos a quedar por quitárnosla de encima, ya merece la pena no postergarla.
Sé solidario. Piensa que en ocasiones, el dejar algo para más tarde influye directamente en la vida o en el trabajo de otras personas. Si es así, utiliza este argumento para no retrasar la tarea y que los demás no echen pestes de ti.
No te autoengañes. Aunque no lo pone en el diccionario, en muchas ocasiones procrastinar es sinónimo de autoengaño, aunque solo sea por los argumentos que utilizamos mentalmente para dejar las cosas para mañana.
Hazlo ahora. No hay otro momento.
Y valora lo que ganarás cuando lo termines, aunque solo sea quitártelo de en medio o comprobar que esa tarea no es más fuerte que tú.

sábado, 3 de abril de 2010

un año!!!

¡Cómo pasa el tiempo!
Parece que fue ayer y sin embargo hace exactamente un año que me embarqué en la experiencia de escribir un blog: este blog, que es MI BLOG y que titulé “EN POSITIVO”.
Durante este año, y haciendo balance del mismo, he publicado 74 entradas (75 con la de hoy) divididas en 3 bloques: Capítulos de mi libro “Adelgazar en positivo. Manual de primeros auxilios para dietas de adelgazamiento” (17 entradas), recetas “ligeras” (23) y lo que yo llamo “mis pajas mentales” (38 entradas). Además ha asistido al nacimiento del “CLUB NUTRIESTETICA” como vínculo de contacto con mis pacientes y contactos directos.
El blog ha recibido más de 2750 visitas (con más de 6300 clics) desde 37 países distintos (según clustrmaps) y cuenta con 7 seguidores “oficiales” (aunque me consta que son bastantes más los que lo leen de forma más o menos habitual).
Vuestra participación también ha sido importante, ya que habéis dejado 58 comentarios con los que he cumplido mi palabra de contestar a todos.
El título del blog es “en positivo” y no fue este un título elegido al azar. Intento (a veces lo consigo) ser un tío positivo, pensar en positivo y transmitir ideas y actitudes positivas a la gente de mi entorno, incluidos mis pacientes.
Como decía en la primera entrada, las ideas que aquí podéis encontrar, unas veces en forma de consejos, otras de comentarios, de interrogantes o, por qué no, de dudas, son solo impresiones generales con las que se puede o no estar de acuerdo, pero que, y podéis creerme, están escritas ocn la mejor de las intenciones.
Por supuesto que me cuesta un trabajo mantener vivo el blog, pero este trabajo se ve compensado con creces. Por una parte, me obliga a mantenerme “activo” pensando y buscando de qué escribir y escribiéndolo después y por otra, me aporta una serie de satisfacciones como pueden ser pensar que puedo ayudar a alguien con alguna sugerencia o comentario, mantener una relación, aunque sea virtual, con mis lectores, y ver crecer unos centímetros mi ego cuando alguien me escribe o me cuenta algo halagüeño sobre lo que ha leído.
Por supuesto que os sigo animando a que dejéis vuestros comentarios y críticas. No sabéis cuánto los agradezco. Además, sin ellos, el blog se quedaría cojo.
Así que de momento, con permiso de la autoridad competente y si el tiempo no lo impide… y como decía Felipito Tacatún:
“YO, SIGO…”